Fuimos casi animales, la situación dada a no hablar nos sirvió para dar rienda suelta a la imaginación.
Nuestras miradas nos hablaban con línea directa al corazón, y este respondía al cerebro con órdenes de pasión.
Así transcurrieron horas, luego llegó el adios... y ahora tan solo me queda el recuerdo en mi habitación.
No sé si deseo volver a verte, no se si volverá a ser mejor tan solo quiero agradecerte dicha fusión.
Texto agregado el 03-11-2007, y leído por 120
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