Solo con ponerse a pensar se da uno cuenta de la dificultad que es definir el simple concepto de tiempo. Uno sabe que existió desde siempre, mucho antes de que uno apareciera y seguirá fluyendo mucho después de que nuestro tiempo termine. ¿“Nuestro tiempo”? Esto da la idea de que solo no hay un tiempo, cada uno tiene su tiempo un tiempo corto relativamente al del resto del universo. Sobre ese tiempo uno tienen total control de como usarlo o aprovecharlo. Y ahí los problemas toman su parte, ahí es cuando nos damos cuenta que el tiempo no es infinito, cuando de viejos nos arrepentimos diciendo “malgaste mi tiempo”, y nosotros ahora, corriendo… Sin tiempo para esperar, sin tiempo para desaprovechar. Poco tenemos comparado a lo que debemos hacer, lo que estamos obligados o… ¿Obligados? Ninguna obligación, nuestro tiempo es nuestro y lo usamos a gusto propio. ¿Porque correr?, mejor caminar. El tiempo es único y por eso no hay que tirarlo como algunos dicen, pero si es único y es nuestro ¿porque no usarlo para descansar un momento entre cada “trote”, para caminar y disfrutar del paisaje?. Si uno vive rápido, el tiempo termina antes y ¿eso esta mal? No! El tiempo lo usamos como quisimos y bien usado esta simplemente porque nadie puede decir que lo usamos mal, que lo desperdiciamos. Las horas de sueño y las de trabajo son muy similares, uno solamente se deja llevar por lo que la vida le pide, y sin darse cuenta ya lo termino, cansado o no.
El tiempo desperdiciado es un tiempo irrecuperable, y ¿con el gastado? Creo que estamos en el mismo problema. El tiempo no hay que gastarlo, desperdiciarlo ni aprovecharlo simplemente hay que vivirlo. Seguir los impulsos de la vida basta, seguir el camino que dejo marcado, capas con algún desvió capas que no. Esto nos lleva a la pregunta básica, con la que todo esto empezó. El tiempo, ¿Qué es? Somos nosotros, lo que hacemos, lo que no hacemos, lo que dejamos para después y lo que estamos haciendo. Y si no estamos orgullosos con lo que hacemos, pues hagamos otra cosa, nadie nos obliga a nada. Nosotros mismos nos damos cuenta cuando nos desviamos del camino que nos demarco la vida con tanto esfuerzo. Simplemente déjate llevar…
Federico Quevedo
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