Estoy atrapado en mi ombligo y no puedo salir.

Nunca te olvido pero nunca te pierdo, o sea, siempre estás presente. ¡Qué triste!

Di vuelta diez páginas y todavía no me parece así. O sí me parece, pero no cuentan cuando estoy deprimido.

No sé lo que me pasa, a veces siento que no confío en mi mismo, pero luego confío, o sea, vuelvo a no saber qué me pasa. Jajaja.

Jajaja................ ¡Qué!........ ¡No sé!

No siempre está presente. Digo él, o sea El No, como sustantivo. Ya sé, ya te habías dado cuenta. Siempre seguro, siempre por abajo, siempre a los pies.

Triste. Triste sin sentido, triste que no amerita compasión, que es lo más doloroso. Tan doloroso como la autocompasión.

Pero por qué perseguirme tanto. Es que no confío, es que me enredo, como lo estoy haciendo ahora. Tal vez porque es más fácil. Con estas palabras que solo tienen sentido para mí.

Triste y caro. ¿Eso es patético? Triste seguro.