Desciendo de ruinas, horrorosas ruinas.

Más hoy me baño en cuclillas en la miel.

De esa que vende mi abuela.

Y me integro a una galaxia donde saltamontes y faunos hacen de ella un lugar acogedor.

No se si mañana pueda decir lo mismo,

De vez en cuando la galaxia se ve habitada por seres maléficos que impiden
la constante interacción del hombre, y se esfuerzan por quitarles la tierra. Y aunque ellos intenten recuperarla. Siempre hay un caballero de verde, y otros de terno, capaz de encerrarlos vivos (imagínense) y cometer blasfemas en su contra.

No les miento. Yo los he visto de cerca.

No les temo. Pues de vez en cuando me baño entre miel y yogurt, voy hacia una planta sangrada y analizo el futuro. No hay nada que perder. Ya no tenemos nada. Nada perderemos mas que la nada.

Y eso no es mucho.

Fabriquemos adoquines de plata. No, es mala idea, pues los robarían (son unos ladrones, patanes, indecentes).

Fabriquemos adoquines de barro, colihues y escombros. Dejemos que para algo sirvan (es necesario el reciclaje). Pintémonos la cara verde musgo, pero antes, vamos donde mi abuela, y traigamos cientos de frascos de miel, bañémonos y vamos hacia la planta sagrada. Todo se ve mas claro con ella.