Si, es verdad, mi marido me pega, ¿y con eso que? Me pega, pero no es malo.
Él es muy bueno conmigo, no me deja faltar nada, solo me pega y no siempre.
Es verdad que a veces se le va la mano, pero solo a veces, lo normal es que me dé una cachetada nomás, o una trompada suave, ¡bah! una trompadita, para que yo me dé cuenta como son las cosas, eso, para que me dé cuenta.
¿ Y por que hablan de eso? ¿Qué están diciendo? ¿Dicen que no me quiere, que me tendría que separar y llevarme los chicos a otro lado?.
¡No tienen ni idea, para que se meten! ¿Que saben ustedes de lo que es no tener una casa, un plato de comida o un cuerpo cerca para dormir?
Sí. Es muy fácil hablar desde los libros, desde lo escrito por otros y leído en la comodidad de una habitación calentita.
¡Pero hay que estar ahí! Hay que levantarse a la mañana y tratar de tener un ambiente caliente, un desayuno digno y un abrigo para vestirse.
¡Que saben ustedes de las distintas caras que tiene la vida!
¿O es que alguna vez se hicieron cargo de algo? Yo no me quejo, ¿Para qué se quejan ustedes por mí? Ocúpense mejor de sus vidas y de sus problemas y déjenme a mi con los míos.
No soy tonta, como ustedes dicen. No lo soy, por el contrario, yo soy consiente que sé más de la vida que lo que muchas de ustedes dicen saber. ¡Ja! ¡Porque lo leyeron por ahí! La diferencia es que yo lo disfruté y lo sufrí, o sea, lo Viví.
Él trabaja mucho para que a mí y a los chicos no le falte nada, hace muchas horas extras, toma trabajo de changas también, está poco en casa, ese es el motivo y yo soy joven y sana, y tengo necesidades, o sea, no yo, mi cuerpo tiene necesidades y trato de contenerlo, de amansarlo, pero no siempre puedo. Y no lo hago de mala, o por revancha, es solo por necesidad.
Y bueno, cuando extraño mucho el placer de un hombre, tomo al que más cerca esté y lo disfruto y dejo que mi alma se regocije en esa entrega mutua y plena.
El problema es que no todos los hombres mantienen cerradas sus bocas. ¡En vez de valorar la posibilidad de disfrute con una mujer que se le entrega en totalidad, hacen alarde de ello! ¡Hay! ¡Y luego dicen de mí que soy la tonta, la loca! ¡Ja!
Y es ahí cuando se enoja mi marido, y me habla, y trata de convencerme que no debo hacerlo más y cuando se da cuenta de que no cambiaré mi manera de pensar y de vivir, ahí, justo ahí es cuando me pega una cachetada o me tira una trompada, para que entienda. Y bueno. Eso nomás. No es tan grave, es solo eso. Además y lo más lindo es que como después lloro, a él se le parte el alma y entonces atiende a mi cuerpo de todas las maneras posibles, dándole placer y más placer y me hace prometer que no volveré a calmar mi cuerpo con otros machos. Y yo, en ese momento se lo prometo, si como estoy gozando, no puedo pensar en nada mas que en eso, así que le prometo lo que quiera, Total, si no le cumplo, a lo sumo me dará otra trompada y después la reconciliación y las promesas…
¿Y ustedes dicen que debería irme y buscar un nuevo marido?? Pero si yo la paso más bonito que ustedes que están achanchadas al lado del mismo hombre hace años y sin tener gustitos. ¡Todo por miedo a una trompada!
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