Tu Me salvaste. Lo digo sin ambages, es la verdad: tu me salvaste. Llegaste a mi vida en un momento de locura, desenfreno y desvarío. Llegaste y poco a poco te fuiste haciendo importante para mi, quizá al principio me pareció sospechosa tu forma de ser, quizá al principio no supe ver todos esos demonios que habitaban bajo esos ojos color caramelo que me hipnotizaron en aquella pizzería luego de un día de playa espléndido.

Un buen día decidí intentarlo contigo, un Buendía fui feliz a tu lado, aprendí muchas cosas que no conocía. Comencé a reconocer los placeres sencillos de la vida, esa vida que tantas veces me había negado lo oportunidad de ser feliz, y fui feliz a plenitud

De alguna manera había empezado algo que perecía imposible para mí: hacer vida con alguien, tener la certeza de formar un hogar de compartir responsabilidades, de compartir una cama un aroma, un café, una cena solos, los dos en la mesa de nuestro hogar, yo cocino tu lavas los platos y todos sentimos que aportamos y compartimos.

De mutuo acuerdo decidimos dejar el trabajo que me estaba matando, aunque ello supusiese dar un paso hacia la incertidumbre económica, tu me apoyaste y yo me armé de valor, pasó lo que tenía que pasar y vinieron tiempos duros, no había dinero, no había comodidades, pero nos teníamos el uno al otro y eso de alguna manera nos bastaba y nos alentaba, a pesar de todo me sentía feliz.

La disciplina, la constancia, rindieron sus frutos y nuestra situación económica apoyada en mi profesión mejoró bastante, pagamos viejas deudas y nos permitimos ciertos lujos, y, mejor aún fue posible que retomaras tu carrera y pasaras tu primer gran obstáculo: La Academia, que orgullo al verte allí, en ese teatro, de gala y sosteniendo ese título, cuantas sensaciones vinieron a mi mente, quería saltar desde donde estaba para abrazarte y gritarles a todos que te amaba y que tu triunfo era mi triunfo y sentía que el pecho me iba a estallar de tanto amor, crecí tanto que no cabía dentro del recinto, las puertas se hicieron pequeñas para dejarme salir de lo grande que me sentía. Una nueva etapa comenzó, la luna de miel de la graduación se terminó y la rutina cayó de nuevo sobre nosotros. Esta vez algo cambió, no se si la distancia te hizo olvidar nuestro inicio juntos, no se si el dinero rompió algo, pero nos fuimos separando. Tu buscando siempre alguna razón para no estar y yo refugiándome, en mis libros, mis amigos, mi casa mis alcoholes. Ya tu olor no es el mismo, ya no te atraigo como antes, ya hasta las mas pequeñas cosas te molestan de mi, esas cosas que antes amaste ahora te molestan, ahora te incomodan. A veces miro hacia atrás para tratar de ver donde fue que se murieron las risas, donde se fue gastando este amor hasta hacerte ver a otras personas, no me los has dicho pero lo sé, y lo sé por lo que tu menos te imaginas, por tu olor, cosas que solo pueden saber los que han compartido intimidad profundamente. Tu, tienes tu olor particular, personal, y cuando estamos juntos ese olor cambia y es una combinación de tu olor y del mío, tan especial tan intima que es como una medalla secreta que me hace triunfar, pero ahora es diferente, ya no es tu olor, es tu olor combinado con otro, un olor mas dulce y delicado, es el olor de mi derrota, así huele mi tristeza, así huele mi soledad, mi infortunio, hoy mi infierno huele a ti.

Y aún así no puedo dejar de pensar en ti y ya no se que sentir, creo que ahora mismo estoy mirando a un lado para no enloquecer para no seguirme preguntando si valió la pena enamorarme de ti. Tan solo el hecho de preguntármelo me atormenta y me mata. Creo que todavía te quiero pero no sé si todavía te amo y eso, me tiene el alma negra, chiquitica y dura. Tu me salvaste y ahora me asesinas, no te hubieras molestado porque ahora todo me parece horrible y, aunque antes lo era, al menos no me daba cuenta. Si no hubieras llegado en aquella época, al menos para este tiempo yo ya no estaría en este mundo o de alguna forma estaría por irme y así amor de mi vida no tendría que soportar por mucho mas tiempo este dolor rojo y ardiente que me tortura cada minuto. Solo quiero dormir un siesta, una siesta tan plácida y larga para no sentir, para no despertarme mas.