Decía llamarse yo, vivir en su casa
haber nacido ahí, ser de aquí, tener algunos años de más unos Kilos de menos.
Decía que la palabra amor le dolía aca. Sus amigos decían que el día que se muera se irá al mas allá y nunca mas volverá. Durante el transcurso de su corta existencia, siempre fue el mismo y jamás pudo ser otro, aunque trató vanamente de conseguirlo.
Siempre creyó en los términos de felicidad, mentira, esperanza al igual que otros de similar linaje.
Su religión fue la Gnóstica, su raza la valiente, su posición social la intermedia,su partido político el blanco, su causa fue justa: Estudiar y no Politizar.
Su país fue este, su profesión la geografía, su cabello azul y sus ojos dos cafés cargados. Sus manos y sus piernas fueron dos.
Tanto su cerebro como su corazón estuvieron divididos en dos hemisferios
contradictorios y encontrados, mas no enemigos.
Se enamoró tres veces, primero de una mujer ecuatorial, segundo de una mujer de viento y tercero de una mujer imaginaria que era de antaño, a la cual nunca le habló por mas que la deseaba. Tuvo tres hermanos, el primero se fue al norte, el segundo se fue al sur y el tercero se fue al limbo. Su número preferido fue el tres, por lo tanto, fue catolico y trinitario.
Tuvo tres defectos notables:
Contradictorio, defensor de lo imposible y mal perdedor
detestaba al tercer mundo, a la tercera edad y al tercer sexo
muchacho de gustos divididos y de intensiones inseguras
su sangre no era ni roja ni azul, sino felizmente verde.
No sabía derramar lágrimas pero si llorar, y siempre le repitieron que lo único que trae buena suerte son: los niños, las aves, los versos y las rosas.
En fin, terminó amando a otra mujer imaginaria pero de cuya realidad estaba convencido por que la miraba. La buscará en una biblioteca, debajo de la lluvia o escondida en algún lugar del tiempo. |