Un monstruo gigante como de tres metros,
con patas de dinosaurio y pies de humano,
cuerpo de lagarto sin cola y cabeza de gorila,
y con piel de hipopotamo,
salio caminando de una laguna,
y luego de soltar un alarido tremendo,
comenso a correr por la ruta hasta llegar a la ciudad.
No se si ustedes conocerán
quien es Cintia Bermudez,
pero les adelanto, que este coloso,
baboso e inofensivo, se dirigió sabiamente
hasta dar con la redacción del periódico
donde ella trabaja;
casi diria, como un niño que busca a su madre desesperado. Balbuceo algunas palabras pidiendo por Cintia, pero al no encontrar una respuesta acertada, se encargo de destruir todo a su paso.
Hasta dar por fin con su pretendida ídola,
ídola que se encontraba acurrucada,
en un rincón de la oficina destruida a piñas.
El, como si fuese un King Kong estiro su mano cerrada, y la abrió frente a los ojos atónitos de la periodista.
En la palma de su mano habia un teléfono celular con cámara fotográfica de ultima generación,
un chiche, el sueño aun no realizado de Cintia.
Ella es una mujer inteligente,
y no tardo en darse cuenta,
que no hacían falta dar explicaciones por nada;
Antes de regresar a su laguna, el monstruo volvió a soltar, pero en esta oportunidad, una lágrima.
Y por ultimo, al mismo tiempo que se despedia como para siempre, con un sonido tan salido de la entrañas, que parecía querer decir adiós...
partió caminado como una estrella de hollywood,
sin voltear la vista atrás,
pero haciendo un gesto de paz,
con los dedos puestos en ve,
para todos los presentes que secundaron su regreso. |