Duele saber que te irás inevitablemente, que los suspiros se alejarán y quizá nunca vuelva a verte, duele saberse atada de pies y manos ante lo inminente, te siento acá, tan cerca de mi alma que no quiero perderte; me haces vulnerable, me cegas con un ronroneo, me transportas con un beso, pierdo el sentido del tiempo y el espacio con una caricia... me siento frágil ante ti, desnudas mi alma y la acaricias suavemente, logras tocar cada parte de mi ser etéreo con una dulzura incomprensible, me miras y siento que lees mis deseos, como un mago hechizando a su víctima, como un girasol acariciado por el sol...
Te quiero conmigo siempre, me desarmas con tan solo una palabra, eres terriblemente dulce y la ternura va de la mano, acompañándonos siempre, dislocándome siempre, preguntándome siempre, si todo esto es parte de la vida cotidiana o es que simplemente el destino se ha dedicado a jugarme una vez mas otra burla cruel...
¿Cómo pedirte que te quedes?... |