Legado de vida

Mujer de espalda rota por los años,
de ojos de alegría cansada
y de juventud en sueños prolongados…

Esta es la perfecta descripción de tu semblante
que pasea por las calles de tu pueblo,
llenando de virtudes el ambiente
que algún día te vio con ojos nuevos
en aquellos ayeres que hoy no vuelven.

Antes, alegre competías en los juegos:
canicas, matatena y bote al vuelo;
corrías para alcanzar la luz del día,
oscuro ya ante la impaciencia de tu abuelo
que buscaba en tus facciones su alegría.

Mujer de arrugas que carcomen tu belleza,
año tras año sin tener lamento
del daño que te causan sin clemencia…

Ahora vas a Dios con paso lento,
trazando aquel camino que en sus tiempos
vivió en sutil presencia tus ternuras
y amor que hasta hoy te llena de contento,
pues te ha donado en vida sus dulzuras.

Son ahora estas dulzuras del camino,
legado de tu sangre que resguarda
los rasgos de tu amor, sutil y fino,
como el negro que aún ondea entre tus canas.

Dedicado a las mujeres que dieron su vida en la crianza de mis padres; y que con su sonrisa y abrazos de estos últimos días me han ayudado a comprender el valor y la importancia de una vida.