Luego de ese extraño recibimiento, las cosas trataron de mejorar. La primera noche que pase en el nuevo apartamento, fue regular ya que se nos pegó una punkera de nombre marcela, que en todo momento está lista para tomar, es como quien dice, una gotera. Una goterera. Además de tener fama de ser calienta huevas, pues uno piensa que porque toma es una loba. Nada que ver. Marcela puede ser una goterera y marihuanera, pero puta si no es…


Esa noche escuchamos y vimos dos conciertos completos de led zeppelín y pink floyd y bajamos bastante trago. No pasó nada más.


Al otro día con guayabo encima, nos dimos cuenta que el sotáno de nuestro apartamento, quedaba justo debajo de una tienda, de una cantina. A las doce de la mañana comenzaba la rockola a funcionar y comenzaban las canciones arrabaleras y populares: de rodillas te pido,…, asi es que se canta hijueputa,…todas de un tal Rivera, que la madre se lo lleve, es lo que le deseo. Y seguían: me gustan los caballos y las mujeres bonitas,…, que mamera. Esta bien una o dos horas, pero eran catorce horas de continua música de cantina de pueblo…