Dudó al acercarse a la mujer de cabello cano.
- Señora, es que me faltan $ 200 para el tiquete del metro.
Sin mirarlo, le entregó $ 500.
Compró el tiquete. La hora pico aun no pasaba. Subió las escaleras; chocó con alguien que bajaba; lo miró, pero no descifró el significado de la mirada que le lanzaba aquel hombre. No recordaba cuando fue la última vez que encontró donde sentarse, aunque tuvo que pedir a un hombre gordo que levantara su maleta. Subió en bus por la de atrás. No terminaba de abrir la puerta, cuando el eco confirmó que todos se habían marchado.
Texto agregado el 27-10-2007, y leído por 90
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Lectores Opinan
31-10-2007
esta como para ese concurso del metro...saludos. cabezadepelota
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