Dios mío no puedo permitirlo más. Tengo que ser fuerte, preparare todo para esta noche.
ya la casa esta hecha, será una gran cena, celebrando su cumpleaños, beberemos vino barato y fingiré una vez mas mil sonrisas.
Son las cinco de la tarde, en dos horas el hombre al cual jure amor eterno llegara, disimulando supuestamente para que yo ignore que no trabajó en la tarde, y que se fue con Martha la mujerzuela que me envidia, pues según ella le robe al hombre de su vida.
Cuanta risa me da, si supieran que los tengo vigilados, son demasiado predecibles, siempre haciendo nidito de amor en la pensión de don Joaquín, en ese cuchitril donde desfilan las ratas y las más putas del barrio.
¡Hay! que feliz me siento, como este día no habrá ninguno, no lo podré comparar ni con el día de la boda, cuando me escape de mi lúgubre fiesta temblando de alegría por que Claudio me haría mujer, vaya noche aquella, el olor del amor quedo fundido en mis poros, me sentí la mujer mas feliz. Como recuerdo sus besos, sus caricias, cuantas palabras de amor eterno al oído…y yo convencida que por fin Dios me había llevado al paraíso, tanto así que deje mi pueblo y mi familia por estar con el; nada mas importaba, no importo que mi madre se desmayara en la ceremonia, ni que mi padre estuviese a punto de un infarto. Ellos sabían el tipo de infame con el que compartiría el resto de mi vida o más bien mi desgracia.
Pero basta de recuerdos entupidos. ¡Alicia! sonríe que hoy celebramos el cumpleaños de tu querido Claudio y el doceavo aniversario de tu matrimonio.
Los niños están empapados por la lluvia, haré que entren a la casa y estarán vestidos para la ocasión, esta vez su padre nos los golpeara, se sentirá tan sorprendido y su rutina al menos por hoy se le olvidara.
Mis hijos son lo mejor que me ha pasado, camilo el mayor esta en la escuela, ya aprendió a escribir bien. Anoche sentí que entro a nuestro cuarto, se me acerco y puso un tibio beso en mi frente, en ese preciso momento salieron un para de lagrimas de mis ojos, pero hoy al encontrar la carta que dejo bajo mi almohada, no solo salieron lagrimas, también salio este dolor, esta amargura que he soportado durante doce años.
Solo Dios sabe lo que me hizo sentir con esas palabras cuando al leerlas se desangraban en el papel, aquella carta la he leído hoy cincuenta veces, aquella carta que dice:
“mamita, tu eres la mas hermosa de las mujeres, ni te imaginas la alegría que siento cuando me tomas en tus brazos diciéndome cuanto me amas, me siento tan orgulloso de que seas mi madre, perdóname por ser tan pequeño y no ir a trabajar para que tus manos ya no estén secas y la sangre no brote mas de ellas.
Mamita hermosa yo te prometo que cuando sea grande voy a trabajar para comprarte una casa bonita, donde las cucarachas no caminen sobre tu cama y podamos comer antes de ir a dormir, sin pensar que se acabo hasta el agua.
Mamita yo te amo tanto que cuando sea grande no permitiré que mi papa nos haga mas daño, quiero que estés feliz, te juro que tus ojitos no se verán otra vez como las uvas y sus manos no se volverán a empuñar para herirte, yo quiero que mi papito este en un lugar de esos que muestran en la tele para las personas como él; la mama de nacho me contó lo bonito que es, cuando sea grande llevare a papa allí para que sea feliz y nosotros también.
Mamita prometo que cuando sea grande y quieras acostarte a mí lado, mi almohada no se mojara con tu llanto, si no con el perfume de tu cabello.
Mama no quiero que olvides cuanto te amo a ti, a mi hermanito y a mi papito y aunque no sea grande los defenderé hasta con mi propia vida…”
Acaba de llegar Claudio, me secaré las lágrimas y aquí nada ha pasado.
¡Mi amor! te estaba esperando ansiosa, prepare algo muy especial para celebrar…, nunca vi a Claudio tan sorprendido, los niños están felices, hace tanto tiempo no les robaba una sonrisa, hace tanto tiempo no veían a su padre sin una botella de licor en la mano.
Hoy tal vez les robaré unas lágrimas a mis niños, pero me lo agradecerán toda la vida, hoy Claudio aprenderá que los hijos se corrigen pero no se lastiman y a una mujer no se le subestima.
El cuchillo esta bien afilado y es hora de la función. Lo clavare directo y profundo en su corazón, no le quedara la menor posibilidad de sobrevivir.
Tiene que ser ahora, los niños se han ido al cuarto, me sudan las manos y tiemblo pero lo lograre, sí… esta directo en su corazón y lo haré una vez mas…van seis puñaladas pero no es suficiente, no puedo dejarlo hasta que de su ultimo suspiro…
¿Mateo que haces aquí? no llores, se acabo, todo se acabo… clavare el puñal por ultima vez y todo terminara…
No puedo ver, esta muy oscuro, me siento mareada.
¿En donde estoy?
Puedo abrir de nuevo mis ojos, otra vez esta realidad, aun me pregunto por que no me di cuenta cuando Mateo puso su cuerpo para defender el de Claudio, no entiendo por que lo hizo, por que no termina esta pesadilla, y aun no entiendo por que después de ocho años sigo viendo las cuatro paredes de este maldito manicomio.
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