Yo valgo lo que vale un suspiro
una bocanada de aire y nada más,
fueron las manos de la partera,
vieja avecindada en nuestros pagos
la que de un tirón me sacó pa´fuera,
yo valgo lo que vale un suspiro.

Mi prima Marta valió un poco más,
su padre estaba mejor parado
por lo tanto, pagó por un buen hospital,
a cuatro pesos salió la presa
las mías, apenas unos centavos.

El Cristian Humberto fue pagado en dólares
porque sus padres vivían en USA,
el cabro costó más que los dos juntos
siendo que ahora nadie da por él un diez.

Yo valgo lo que vale un suspiro
pero tengo valores agregados
lloro a mares cuando tengo nostalgia,
y cuando río, rompo cualquier tímpano,
amo con pasión a la que se me ponga por delante
y a la que se me pare atrás también
ello no significa que no mire pal´lao,
mi corazón vale más que todo el conjunto.

Mi prima Marta se murió hace poco
y más costosas fueron sus exequias,
se pagó el doble de lo que costó traerla
a este mundo de tanta miseria,
el Cristian Humberto pasa curao
y no sabe nada de este mundo,
yo valgo lo que vale un suspiro
pero sonrío y eso si que es caro
aunque sonreír no cuesta nada.