En la mayoría de los países del mundo existe una organización estatal que tiene por meta recibir donaciones de órganos humanos para transferirlos a aquellos necesitados de tal preciado elemento.

Comúnmente las donaciones provienen de personas que por accidentes, enfermedades o guerras, pasan a mejor vida. Estas organizaciones tratan de conseguir entre la población, *donantes en potencia*, quienes, firman una especie de testamento señalando la donación. Llegado el ingrato momento, otorgarán la posesión de tal o cual órgano que llegará a otra persona que le resultará imprescindible para continuar su vida.

Es lamentable que, en la mayor parte de los países la mayoría de los habitantes no firmen autorizando la herencia solicitada. Lo cual se refleja en las interminables listas de los desesperados que aguardan el turno para ser favorecidos. Demás esta decir que sólo un mínimo porcentaje alcanza a vivir hasta que llega su suerte de recibir tan preciado ~regalo~

Son varios los países, en los que los enfermos que aguardan las donaciones y que a causa de la gravedad de su estado es necesario realizarles el transplante en un lapso de días, tienen posibilidad de viajar a otros centros sanitarios, situados en distintos países del extranjero, los cuales poseen en su *banco de órganos*, el específico para su salvación. Los costos alcanzan cifras a veces siderales y mayormente las diferentes mutuales no cubren estos gastos.

Es notorio encontrar en los diarios, escuchar en programas radiales, noticias o comentarios sobre tal o cual persona que ruega a todos los que puedan ofrecer una suma de dinero para solventar la operación del transplante requerido. Los órganos más solicitados son: corazón, riñón, ojos, piel, hígado, pulmón.

Paralelamente se desarrolló, como era de esperar e imposible de evitar, una red internacional clandestina de intercambio y venta de órganos para transplante. Este tema ya dio lugar a guiones que se utilizaron para escribir novelas y también filmar películas alusivas.

Dichas organizaciones ilícitas consiguen los órganos por medios no siempre legales y cuyos orígenes sólo están en conocimiento de los dirigentes de las mismas. Todos los necesitados que sus vidas dependen del órgano requerido revolverán cielo y tierra buscando el lugar y el dinero necesario para encontrar solución a su problema. Una vez hallada la posibilidad no escatimarán esfuerzos para lograr su cometido, sin indagar en demasía sobre quien fue el donante, en que circunstancias se consiguió su aprobación o cual fue la razón de su deceso.

En el último tiempo, corrió la noticia, que se propagó como pólvora, sobre órganos provenientes de los presos con sentencia de muerte en la gran China.

Las causas de su sentencia, a raíz de qué culpas, no son del dominio público mundial. Lo que si ha trascendido es que el número de sentencias de muerte ejecutadas en aquel país ascienden a decenas de miles al año.

Lo órganos extraídos de los ejecutados son entregados al Hospital Central de la capital en dicho país. Y es allí precisamente donde se llevan a cabo las operaciones de transplante determinadas. Todo legal, correcto y como corresponde.

En el mundo ya son centenares las personas las *afortunadas* que recibieron sus órganos en operaciones realizadas en la nación de la Gran Muralla. El organizador (empresa particular) del viaje tan especial, ofrece estadía en hotel de categoría superior, unas agradables excursiones y paseos hasta llegar el día de la operación.

En respuesta a la pregunta sobre si sabiendo la procedencia de los órganos no es realmente denigrante este sistema de *prestación de servicios*, las empresas consultadas respondieron en forma clara, sencilla y carente de escrúpulos: "los órganos en cuestión son provistos por el Hospital Estatal Chino, con documentos que acreditan que son producto de donaciones legales; no tenemos elementos disponibles como para analizar y reveer cada caso".

Esta extraordinaria máquina de ingreso de dinero a las arcas chinas, es un fenómeno muy comentado en dicho país. Hubo quienes opinaron que las ejecuciones se realizan según las leyes y los veredictos. Si los órganos pueden ayudar a los necesitados pues ¿porqué no?

Lo que nunca se sabrá es si después de las ejecuciones se buscan posibles recibidores o si se realizan las ejecuciones de acuerdo a los pedidos.
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@surenio