Yo considero que el día en que se realizan las elecciones presidenciales, con demás autoridades,
tiene que ser una jornada dedicada a la democracia; Que vale aclarar es el sistema político mas conveniente para todos.
Ese día tendríamos conjuntamente que desear que triunfe la verdad, ese es el motivo que debería de mantenernos unidos sobre un mismo objetivo.
En realidad, de no mediar una actitud incisiva por parte de la misma estructura,
no debería de existir motivos de preocupación,
ya que el sistema elegido es sencillo de realizarse como corresponde, pero los candidatos agitan conductas de sabotaje, entonces la honestidad de la contienda se ve puesta en duda,
el sistema democrático se ve agredido,
manchado, obligado a tener que cambiar pañales el día de su coronación.
Es muy normal ver en derredor de las mesas de votantes, supuestos fiscales autorizados,
que en realidad portan una actitud hostil,
que tiende a poner en ridículo al sistema democrático, para luego sacar ventaja de ello.
Lo que deberían de haber,
son policías y militares,
custodiado permanentemente la conducta humana frente a las mesa, y en el cuarto oscuro cuando se revisan las boletas;
e inclusive tomando nota de la gente que se comporta de manera inadecuada para luego citarla a que den explicaciones de su conducta.
El día de las elecciones es un día en que la Sociedad pone en funcionamiento un engranaje,
y como toda pieza que funciona de esa manera,
no debiera de tener piedras entre sus coronas que giran.
Como sea, Cintia asistió a dar su voto vestida de blanco, con una minifalda, botas negras, y peinada a lo Evita Peron,
maquillada como para salir al aire en el noticiero.
Además de llevar en un frasco de dulces,
como si fuesen berenjenas adobadas,
su burbuja mágica.
El viernes anterior a este domingo de elecciones,
Cintia Bermudez ofreció una fiestas de disfraces alquilados, para una treintena a amigos intimos,
y la indumentaria quedo toda de regalo en su departamento apilada sobre su cama matrimonial;
en parte este fue el gran motivo,
por el que Cintia levo a la burbuja a votar,
ya que ella temía que alguien pudiera lastimarla entre tanto alboroto organizado.
Cintia nacida en palermo chico,
en realidad tiene un documento falsificado,
porque nació del aire y no tiene pasado,
es un muñeca inocente que derrocha vida,
Ella siente que la vida,
es como andar por el aire flotando entre nubes,
jugando a ser feliz en el cielo.
Pero además ella desea, a fe ciega,
ser patriota, porque, aunque del aire,
nació aquí, y entonces siente profundamente que esta es su tierra Madre.
Paso que cuando la buscaron en el padrón no encontraron su nombre,
no obstante la presidente de la mesa la anoto como si fuese fiscal de su equipo,
y le permitio votar sin inconvenientes;
el problema se sucito cuando se dirigía al cuarto oscuro, con el frasco con la burbuja adentro.
Ella, quizás incrédulamente, no imagino posible que alguien pudiera censurarla,
pero una de las votantes que formaba la fila para ser atendida, le advirtió al policía de prefectura naval argentina, único militar presente en este establecimiento escolar, de lo que sucedía,
y este, abandonando su posición original en la puerta de entradas,
evito a punta de arma que la Bermudez llegase a destino.
Pero Cintia logro quitar el revolver de la mano del gendarme distraido, e inmediatamente se lo apoyo en la gorra, como si la pobre fuese una mal-viviente de toda la vida. Lo obligo a arrodillarse a sus pies, invitándolo a que sostenga el frasco;
El gendarme vivenciaba las vicisitudes del motín con cierto aire de simpatía,
inclusive opto por dedicarse, con sabia filosofía,
a mirarle la cola antes que intentar cualquier aventura por capturarla.
Cintia también tomo como rehenes,
a las fiscales, y a la presidente del escrutinio,
y en pocas palabras de tono autoritario,
ordeno que alguien fuese por los disfraces que estaban en su cama;
Mientras tanto hizo que los policías que venían llegando fuesen por pizza mas bebidas sin alcohol,
despues exigió música,
porque la cosa venia para largo;
Parecía tener todo tramado pero nada que ver,
estaba fuera de si, obligar a todos a festejar ese día como su fuese una fiesta de carnaval, una locura.
Cuando llegaron los disfraces en el patrullero,
ella misma selecciono, como sumergida entre esos pensamientos pasiones, que depara la conciencia en la mente sublevada,
a un conjunto de personas presentes,
para que se vistieran con el vestuario completo, para una fiesta que iría a comenzar,
en unos pocos minutos, organizo un trencito coreográfico, pero todo era una caos,
con gente a medio disfrasar.
A todo esto, el policía estoico,
siempre sostuvo como un señor magnifico,
el frasco con Mili adentro,
constantemente arrodillado,
el pobre gateaba como un bebe, con el cañón sobre su cabeza, pero afortunadamente precavido de que nada malo ocurriese con la burbuja.
Cuando Cintia aplico el sufragio por la ranura,
de la tan conocida caja de cartón firmada por los organizadores como para tipificar su envase, decidió deponer su actitud delictiva rindiendose,
a sola condición de que la dejasen explicar,
los motivos de su compulsivo amotinamiento.
Entonces fue que destapo el frasco donde habita la famosa burbuja Mili, de tan solo un mes vida,
que salio como corriendo a querer cubrir el aire con su presencia, como quien dice,
digamos, hechizando a propios y ajenos,
y así puedo explicar el motivo se su imperdonable alienación.
A esta altura de los acontecimientos,
bien se podria considerar a los presentes,
como publico de un hecho singular,
porque esta gente se emociono tantísimo con la historia de la burbuja Mili,
que gracias a ello, se permitio encontrar un perdón definitivo para cintia por parte de las autoridades.









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