En los momentos de mi vida,
apareciste diáfana en azul cielo,
como la clara luna aparecida,
iluminando en claro oscuro;
el patio de mi morada.
Y en arrebatos fui a tu encuentro,
despertado de mi sereno sueño

Ese fue el lugar de nuestros secretos.
Pavimentado de susurros y caricias
y de tantos te amo y tantos te quiero.
con sus farolillos en luz velada
para guardar nuestros encuentros;
amándonos en oscuro de las miradas
curiosas de las mujeres de mi barrio.

Detrás de ese árbol. Sí... De ese árbol
en claro de luna, Te robé un beso
mordiéndote la boca, mientras tu
me robabas el calor de mi cuerpo.
Y yo con pasión besaba tus dos luceros.
La luna reía y ocultaba en las nubes
su pundonor ante mi fuego.

En claro oscuro te amé en noches de luna llena.
Te ame y lo reconozco.
Para mi fuiste mujer y hembra entera.
Entregada a su amante
y yo fui tu hombre de primera.
Ahora mi jardín está sin tus susurros,
y tu pasas por frente de mi morada
con mirada baja.

¿Quién te quitó el deseo de vivir,
la fuerza y el amor?
Conmigo renacías como una rosa nocturna,
embriagada de noches fulgurantes,
de besados instantes.
Y ahora te encuentro apagada sin vida.
¿Qué pasó doña Flor?
Ven, provócame. y evoca esos momentos
tan esperados,

Nomade ...recordando