Oriundo de la dura Licantén
Sólo podías ser bautizado
Como una roca.

Pronto en la escuela 3 de Talca
Conociste a más de un maldito
Que te hizo ateo y poseedor
De tu seudónimo
“el amigo de piedra”.

De un refinado sentido de lo chileno
Quizá como premonitorio
Un 10 de septiembre lo decidiste
Ni la China roja ni la revolución
Con sabor a chicha y empanada
Eminente por esos años,
Nos dejaron sin tus gemidos
Delirantes y acusados de enfermizos.

Rodeado de una obra magnífica
Fue la muerte violenta e inesperada,
La que caló sobre esta roca,
Donde parecían romper los versos
Más bravos del condimento criollo.

Teñiste a Suramérica de surrealismo,
Y en tus gemidos es posible
Detectar la vanguardia literaria.

Queríamos recordarte sin ánimos necrófilos,
Explicarte que cuando niño la mole quise ser
Porque estas seguro dentro de los 4 fantásticos,
Inmerso en aquel círculo de la poesía
Quizá tu poema de amor más redondito.

Eres panorámico o el provinciano estrafalario,
Eres, “la canción obscura de aquél que tiene deberes
y obligaciones con lo infinito”.
Eres el roto más güeno pa’ las empanadas y el vino tinto.
Eres Pablo de Rokha, ¡Salud!