Inicio / Cuenteros Locales / gui / Como tú, ninguna
Me casé con ella porque se parecía a María Cristina, me gustaba cuando me decía: -“Te amo”, pues me recordaba a Carmen Antonieta, que me lo decía con la misma pasión. Caminaba como Joanna y se reía igual que Marisa. Me encantaba caminar detrás de ella porque su trasero tenía ese volumen exquisito de Aurora Paz. Su sonrisa era amplia y sus dientes, blanquísimos como la nieve, eran iguales a los de Eugenia. Hacía el amor con la misma intensidad que Melania y cuando fumaba, después que reposábamos en la cama, hacía las mismas volutas de humo que Esmeralda.
Cierta vez, discutimos por una frase que ella dijo: “- Me gustan tus ojos que son tan pardos que me recuerdan los de mi padre”. ¿Qué se habrá imaginado? Odiaba saber que me había casado con una mujer que sufría del complejo de Electra. A la mañana siguiente, nos reconciliamos, mientras yo le entonaba esa cancioncilla de Luis Miguel “Como tú, ninguna”. La misma tonadilla que me sirvió para conquistar a todas las demás. Uno debe ser consecuente con sus cosas…
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Texto agregado el 23-10-2007, y leído por 294
visitantes. (5 votos)
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Lectores Opinan |
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13-11-2007 |
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jajajajajajajajajajajajajajajajajajaj, me has hecho reir de buena gana, que picaronazo on-line |
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24-10-2007 |
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Dios, nunca pensé que fueras mujeriego.Como engañan las personas por Dios.
jajajajajaja
Besos********
Victoria 6236013 |
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24-10-2007 |
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Jajajaja... ¡qué mujeriego! Buen texto, hace reir de buena gana. Anua |
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