Y el hada lo encontró
sintió que tan sólo era él y nadie más

Todas las noches se posaba en la ventana
para ver lo que él estaba haciendo.

Un segundo de la vida de ese hombre le alcanzaba para ser feliz.
De pronto el otoño trajo consigo un dolor inmenso dentro de su pecho.

El hada sintió como cada fibra de su cuerpo se extinguía...
temía lo peor, ya no podía brillar como antes...

Un día, mientras dormía posada en el marco de la ventana,
entre plantas descuidadas... él la tomó con sus manos y la llenó de calor.

Antes de morir, sintió como el salvador de sus sueños,
el reflejo de su amor, la cobijaba... todo se había convertido en realidad.
Regalándole un instante contemplativo, de tan sólo segundos...

El último respiro de cariño para esta hada enamorada.