Arriba.
Miro hacia arriba.
Me concentro en nada sólo con el fin de descansar del dolor en mi alma y en mi vientre. En cada pestañeo sólo logro ver lo mismo: Nada. Parece que hace algunos segundos viví el momento más lleno de mi vida, la sonrisa mas hermosa, las lágrimas dulces que hoy ya saladas inundan mis ojos otra vez. Segundos, cuando abrí los ojos y sólo veía sin conciliar el sueño la misma imagen. Sólo unos minutos, cuando mirando en la misma dirección y en una imagen mojada intentaban reaccionar mis piernas a la anestesia que no evitó mi dolor.
Miro hacia arriba e intento no escuchar ni mi palpitar, sólo quiero descansar.
Despierto y aún miro hacia arriba. Tres días miré sólo el techo.
Miro hacia arriba y sigo buscándote… en la alegría perdida en mi alma y en el dolor que habita en mí, en mis ojos y en los suyos.
…ya no estás.

(Te amo, no lo olvides nunca)