Un segundo, un respiro. La vida en un segundo, en un tiempo corto, en cinco minutos eternos. Llega un segundo adorable, eterno, parece un regalo. No lo escojes, sólo llega y lo vives. Se pasea con propiedad sobre cada uno de tus sentidos y provoca un enorme escalifrío en tu alma.
No es problemático si lo amas y vives en plenitud, pero que pasa cuando pasan los segundos y te roban lágrimas y provocan dolor. Si la luz que te entragaba el calor más confortante se puede transformar en una sombra lejana que espera el nacer de un nuevo sol.. y a la vez es la misma luz iluminando sin querer la luna de otro lugar.
Un segundo de maravilla que no sale de la cabeza ni del alma, que no te abandona jamás, que llevas contigo con orgullo, que guardas en tu corazón como el mejor tesoro, como el secreto más privado. Lo que pasa en nuestras almas durante un segundo es sólo de nuestro conocimiento y propiedad, pasa en mí como inspiración para transformarse en palabras que talvez conmoverán (y no buscan conmover, sólo expresar)a alguien... porque no hay ser vivo sin segundos de sueño.

Ninguna palabra, ninguna lágrima puede arrebatar de mi alma lo que ésta siente.
Pueden doler, los hechos que alejan de mí cada instante en esa presencia cálida y única. Triste es vivir en este mundo tan lejano de mis segundos y mi felicidad es acercarte a mi forma de sentir, a mi ser que de a poco conoces, a mi incomprensible alma y mi frágil y privada libertad. Perdona mis arranques, sabes que no guardo lo que siento, no oculto las cosas. Gracias por existir y regalarme segundos....
... solo segundos... ¿Que tal una hora? ¿que tal una vida?