Silencio. Nos sentamos a la mesa. Papá bendice los alimentos. Hoy estamos los cuatro, es domingo, papá luce cansado pero debe ser porque anoche trabajó.

Estás a mi lado y sólo con una mirada recordamos aquella tontería otra vez y lanzamos al unísono una carcajada realmente contagiosa. Intento no reirme, te miro, aguanto, respiro y otra vez estamos riendo, cada vez más fuerte... Se vuelve insoportable, ¿Por qué tu risa suena igual a la mía? (creo que mi risa suena igual a la tuya, tú eres mayor). No paramos. Papá esboza una sonrisa muy leve. Mamá está algo mal genio, nos ha hecho callar un par de veces, pero es que tus ojos, te miro y me da risa, no estoy ni siquiera pensando, es sólo un ataque de risa compartido... O-oh... Nos mandaron a la pieza, camina rápido que ya no me aguanto más la risa; cierra la puerta...... jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!!