Ninguna historia. No hay miradas, no quedan sonrisas. No hay presente, ni futuro. El frío congeló el pasado y mi alma se escondió otra vez.
No hay belleza, la brisa arrasó con todo lo que había. No hay vida, porque cuando vivíamos te sentiste poderoso e iniciaste un juego... quisiste jugar a Dios, pensaste que mi amor te daba derechos... Pensaste, y yo siento que pensar ha sido siempre tu peor error; no tienes pleno conocimiento de las diferencias entre un pensar y un sentir, confundes lo humano y lo divino, el cielo y la tierra; te dejaste caer, te diste por vencido.
Nada. Ya no hay nada aquí...
En tus manos ya no queda nada más, el mundo se robó el tiempo entre tú y yo. El mundo transformó tu corazón en un reloj... y se hizo tarde. Cayó la noche sin estrellas y sólo siento lejos tu mirada.