Felicidad
Tu boca en mi boca, tus manos en mi cuerpo. Me dejo llevar sintiendo como un beso me hace sentir que solo estamos los dos, que el goce sentido nunca antes experimentado me transporta a un universo de sensaciones totalmente nuevas para mi, ese beso prolongado como si fuera la primera vez. Todo a mi alrededor se desvanece al tiempo que el placer inunda mi interior.
Lentamente tus manos me acarician, cierro los ojos y me abandono completamente a ti, son muy intensas todas las sensaciones que experimento en este momento. Suben sabiamente por mis piernas hasta mis caderas para volver a bajar hasta los pies una y otra vez. Cuando no se detienen y suben hacia arriba un hondo suspiro se contiene y este no sale de mi hasta que de nuevo comienzan a bajar.
Me quedo asombrada al sentir el primer orgasmo solo producido por caricias.
En los minutos que sabiamente me dejas que me tranquilice me recorren escalofríos, estoy sintiendo aun casi sin creerlo, tus manos siguen por mi cuerpo y cuando me dirijo a tus ojos estos están en los míos y sonríen. Tus ojos sonríen niño… los míos también
He notado tantas sensaciones nuevas, odio con toda mi alma que me toquen los pies al igual que a mi no me gusta tocarlos y me sorprendo en un momento como dejo que los acaricies sintiendo que me muero de gusto.
He pasado mis manos por tu pelo una y otra vez descubriendo que me encanta hacerlo y a la vez me relaja.
He percibido caricias en todos los rincones de mi cuerpo, caricias intensas y suaves, besos de pasión, momentos de locura…
Al entrar dentro de mí creí morir. Tus suaves movimientos hicieron que todos mis sentidos estallaran al mismo tiempo produciendo un placer jamás experimentado.
Han pasado horas que apenas me parecen minutos. Me ha dado la sensación que estabas solo por darme placer, solo por hacerme sentir bien, por hacerme sentir mujer, por hacerme gozar, por saberme querida, por que sintiera con todos los sentidos de mi cuerpo. Me has hecho morir de gusto y eso jamás lo hubiera pensado.
Me quede dormida escuchándote hablar, me resistía a que mis ojos se cerraran pero vencieron. Quizás no quería dormir por si al despertar no estabas a mi lado, pero si estabas y entonces fui yo quien se recreo mirando, sin que te dieras cuenta te mire y quise pensar que eras ya para mí.
Hoy gracias a ti… me he sentido mujer
Eslavida |