Quiso el destino juntarlos
por aquello de la suerte
y quien iba a pensarlo
que los separaría la muerte.
Vivieron muy felices
como ha habido pocos,
lno había cicatrices,
se maban como locos.
Adulador era el hombre,
coqueta la mujer,
no recuerdo nombres,
ni en donde fue.
Tal vez fue un sueño,
pero fue bonito,
y lo busco con empeño,
pues lo necesito.
Surgió una tragedia
aquella madrugada,
era la una y media
y se despidió su amada.
Nadie la mató,
aquí no hay culpables,
el destino se la llevó,
a nadie hay que reclamarle.
Hoy visten de rosa
a causa de lo sucedido,
le paso una cosa,
como a mil ha sucedido.
Maldita enfermedad
acabas con mi gente,
y es una realidad,
no hay como detenerte.
Quisiere yo poder
encontrar la cura,
para poder vencer,
lo que es una locura.
Per sé que algún día
alguién encontrará,
esa gran maravilla,
que a muchas aliviará.
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