En esos días cuando la soledad me araña el alma,
cuando deseas compartir tus alegrias y penas, cuando más necesito una mano amiga,
entonces mi subconsciente pronuncia sin querer tu nombre.
Mi alma llora, se da cuenta que ya no estas.
Intentando darte tiempo, me olvide de la constancia, prima de la molestia pero hermana de la paciencia...me equivoqué, no te dí la comprensión necesaria cuando aparece la gran dama, esa llamada Culpabilidad.
Ella te transmitió el miedo al rechazo, que a su vez te convirtió en pingüino habitando en tu país de hielo.
Y yo me equivoqué, te dí tiempo, ese traicionero que nos separó.
Y ahora te añoro...y ahora recuerdo...nuestras charlas a la luz de la luna "Nulera", compartiendo preocupaciones, creando sueños, deseando utopías...así hasta que el sonido de un molesto móvil ó el de una voz ajitada nos devolvía a la cruda realidad...és tarde.
Y ahora te recuerdo...tu tono de voz un remanso de paz, tus abrazos consuelo, tu hiperactividad provocando mi sonrisa, tu capacidad de lucha un espejo donde fijarse, tu calidez lleva el nombre de amistad.
Para C.N.M. |