Desde mi lugar te contemplo
Heriática, como tallada en fría piedra.
Ahí has quedado lapidada
con tu mirada vuelta
hacia tu tiempo pasado.

Amada y bella mujer.
Sorda a mi palabra.
Ciega a mis tiempos
Muda al entendimiento
de la razón por mi expresada.

Alejado me encuentro
de tu sol céntrico,
rotando cada día
cual celeste cuerpo.
Esperando, solo esperando.

Te advertí mujer una y otra vez
No volvieras tu mirada
al entorno que emponzoñaba.
Aquellas que te hacían comulgar
con inmensas ruedas de carreta

Como manejaban los hilos
de tu vida y de mi existencia
convirtiéndonos en muñecos
de titiritero. Saltarines,
o de inexpresivas marionetas.

Lot con su indiferencia hacia la vida,
te ataba a su destino,
cambiando tus esquemas.
Alejándote de las maravillas
del despertar del día a día.

Mujer de Lot. Mujer de piedra
Los cantos de la ciudad perdida
te hicieron olvidar
mi suplica desesperada.
Y en piedra has quedado convertida.

Quisiera tener la bruta fuerza
Para sacar tu corazón helado
de tu pecho marchito
en donde mi amor
no ha germinado.

Nomade...ya sin corazón