Era de cuatro patas arrastrando un deseo,
ciega y gritando como un animal enfurecido,
desgarrando pedazos de ella misma,
sangrando y lamiendo las heridas de otros.

Animal desahuciado en medio del camino,
cargando el deseo en sus pupilas,
siguiendo el instinto en sus sentidos,
Lamiendo la sangre que brota…
de su boca, de sus ojos, de sus manos…

El animal corre
y yo lo dejo correr…