Hoy es viernes. Pucha no tengo ganas de nada. Tengo hora libre, acabo de salir de la academia. Dentro de media hora tendré que ir a trabajar de nuevo. Mi vida no ha cambiado desde hace 5 meses que he estado acá, bueno ha cambiado algo. Me subieron el sueldo la semana pasada si trabajaba una hora más todos los días. Estoy durmiendo menos. No me acostumbro, juro todos los días y pienso que ojalá algún día pueda dormir hasta tarde. Y sentir que no tengo que hacer nada. No sé, levantarme tarde, caminar sin necesidad de dinero sin necesidad de nada. Con el único propósito de aprehender más el mundo para poder escribir. Hace mucho que no escribo nada, pero nada, estoy leyendo menos. Me siento un fracasado más aun después de la derrota en el examen de la universidad. Seguramente si existe la felicidad se parece en algo a poder vivir sin necesitar mucho. No se de donde salió eso pero creo que lo escuche de facundo Cabral. Escúchalo, si sí escúchalo facundo Cabral es un capo. Lastima que no haya ido a ninguno de sus conciertos. Hay días en los que siento al despertarme que yo no soy yo e imagino que quizás por alguna bendición de Dios me he transmutado a otro cuerpo. Y que ese cuerpo es libre. Libre de la rutina. Libre de toda mi familia que no se cansa de encaminar mi destino. Libre de los cursos de la academia. Libre de los odiosos libros de geometría, trigo, álgebra. Esos días son buenos los días que despierto con esa sensación. De pronto suena el despertador y se desvanece así como la luna en el crepúsculo los ideales que de mi cobardía son victimas. No entiendo el sistema creo que una persona solo aprenderá para siempre los libros que ella escoja y no los que les impongan. Si, si de eso estoy muy seguro. Aun puedo quejarme y escribir estas cosas que con seguridad no voy a poder repetir a lengua suelta. No, no jamás. Necesito un descanso y olvidarme de todo esto. De la academia. Del destino, de todo. En el centro de lima después de 5 meses de invierno esta asomándose el sol. Que el sol alumbre es un buen motivo para por lo menos sentirse menos triste. Aunque la tristeza esta pegada restregada y fundada con esta ciudad, el gris de las calles abandonadas, el polvo que invade todo, la suciedad de las calles, la soledad de las putas de quilca. La tristeza esta pegada en todo. Así que entre todo esto no hay pretextos para no sentirse mal. El señor de lo milagros pasara por estas calles una vez mas por estas mismas calles que soportan los humos regados con un fatuo olor de sahumerio. Con las velas que lloran al ser consumidas y con las viejas pecadoras que al igual que las velas también lloran por su vida consumida.

¿Hay veces creo qué seria ser mendigo del señor de los milagros? es el mes morado, el mes de los milagros, podría rezar, ser bendecido y muy por encima de eso recibir una propina de las fieles devotas de la calle emancipación. Calle de mierda. Un día que no me acuerdo, ni me quiero acordar jamás en mi vida. Me robaron, me acababan de pagar en efectivo era el necesario para viajar y darme un break. Si sí voy a limosnear en la calle emancipación. La calle y el señor de los milagros que ya se acerca me devolverán el dinero que aquél día olvidado me robaron. Vamos señor hazme el milagrito. Soy una oveja que un día se perdió y que ahora se postra ante su creador con el pecho reventado de emoción.