miré sin ver el paisaje cotidiano
como un velo que no se descubre
recuerdo que había piedras, cercas.
muchas cerca, no afuera.
a pesar de esto, la luz se hizo
tan potente que extrañé la oscuridad.
y el vecindario detrás de la niebla
permanecía con sus poderosos árboles
y fosforescentes flores
protegiendo las ventanas.
ahora esas casas parecen iluminadas
de un modo nuevo y algunas resaltan
unas por sobre las otras
como si rrecién se hubieran construido.
averGÚÈNZATE DE TI MISMO
PARA LUEGO HUIR DE LO QUE DUELE
MOTIVOS NO TE FALTAN
DUEÑO DE TUS PROPIAS PIEDRAS.
Texto agregado el 19-10-2007, y leído por 85
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la estrofa final guarda resabios de un dolor reciente cual herida cicatrizara jamás. Me gusta la construcción de tus versos, dando la pausa justa para asimilarlos excluyentes. Le felicito. el_rey
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