Me dormí. Es verdad. Para ver si de sueños lleno este vacío que no es sólo a causa del destino al que el Destino me mandó de viaje.

Pero abro los ojos y te veo. Como vi esos caramelos que me encantan. Los que no pican. Y que se esconden como peces en la caramelera. En los culos cóncavos de los frascos recostados apuntando sus retaguardias de aumento hacia nosotros…

Y el reflejo del papel azul me hace perder en el último sueño de la mosca aplastada contra el vidrio. Y extraviarme en el prisma de un paisaje que no dejo de evocar.

Quiero encontrar una caramelera antigua para que espiemos juntos esos caleidoscopios donde podemos girar y recordar/soñar dónde y cuándo nos conocimos antes.

Me dormí sobre la almohada, dónde mañana estarán los escombros de mis sueños.

Me dormí pensando en decirte que te amaba, y que quizás era el tiempo de dejar de soñar (y ahora no entiendo quién pensó eso por mi)..., pues lo que quiero es sonar (soñar) cauto e intenso….. Como aquel beso primero que nos dimos y que sabía tan rico.