Ayer,
después de tanto tiempo
ha vuelto tu recuerdo a entrar por mi ventana.
Y lo sentí llegar,
como rueda una hoja
que se deja llevar por mil noches y mañanas.
De pronto... sentí frío.
Y la luz de la noche se tornó vacilante
sin alumbrar el nido que fuera nuestro un día.
Temblaba.
Más no sospeché nunca
que tu amor era el frío;
que quebraba mis huesos aquellas madrugadas.
Que vago amor el tuyo
solitario y perdido.
¿Necesitas de mí?
Porque ayuda no pido.
Solo hallarás de mi
mis canas, mis libros y mis lágrimas
y en mi almohada
mi rosario y mi olvido
Texto agregado el 19-10-2007, y leído por 99
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
20-10-2007
Cuanta belleza estas regalando en este texto, te felicito!!!
mis***** brillantes para tu cielo azul amiga querida
beitosss
///NIL/// nIlDa
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