Apurados resuenan los pasos, como un incesante galopar en la dura baldosa de túneles, trenes y andenes... me molestan.
Mirando a la nada, me desplazo mas lento de lo normal, intentando hacer contacto visual con alguno de los rostros sin cara que ensimismados en preocupaciones caminan rápido... busco alguna mirada amiga, quizás una sonrisa... quien sabe, alguien conocido...

Es imposible...
Inevitablemente mis pasos se hacen uno con el golpe seco del resto y es como el acorde seco de una marcha, perfecto, rápido, despreocupado del exterior...

Trato de volver a mi ritmo, pero soy empujada por la masa apurada que solo piensa en lo rápido que pasan los minutos a esas horas de la mañana... al fin veo la salida... un as de luz al final, donde comienzan las escaleras, en las que tácitamente se ha establecido un orden de subida y bajada... trato de hacerme a un lado, no estorbar con mis pasos lentos y cansados, pero solo logro ser obligada a retomar el ritmo...

Salgo, la luz encandila un poco mis ojos, acostumbrados a esa penumbra, a las luces artificiales, a la monotonía del color...

Salgo, el camino es conocido por mis pies, el aire esta algo espeso y se ve un poco brumoso, hay mas espacio, puedo retomar mi ritmo, subo el volumen de la música que retumba en mis oídos y comienzo a caminar... no quiero ser interrumpida... no quiero escuchar el mundo exterior, no me gusta apurar mis pasos... el camino, como antes dije, es conocido... el destino a su vez es el de todos los días, eso me agobia... no me agrada saber hacia donde voy... ¿debería estar tranquila? ¿debería acomodarme, dar caminata sobre mis pasos cada mañana?

No conozco la respuesta, solo se que hay algo en mi que muere cada vez que repito el viaje a la monotonía... ese viaje que te hace mas gente y menos persona, que te hace mantener una suspensión de anhelos mayores, de esperanzas, de aventuras... que alimenta la barriga y no el corazón...

Creo que estoy cansada, la vida me tiene un poco aburrida... las cosas pasan rápido, las canciones me aburren, duran mas minutos de lo que recuerdo, eso me molesta... quizás mi vida haya perdido temporalidad... quizás el galope de aquel pasillo haya afectado mi tranquilidad y sin notarlo ya no tengo cara, solo un rostro cansado que camina hacia la nada...