El silencio cuenta una historia
que agoniza cuando tu voz murmura,
en el eco vive eterno
tu helado filo, asesino de inocencia.

Mis pies recorren tus andares
lentos, pausados
sin más recompensa que el fundir su espacio en las sombras.


Háblame ya, quimera de negrura
dicta la profecía malévola
la elección está hecha
mi corazón se vuelve gris, lento, frío.


De entre las piedras surge la bestia lodosa
y con tono soberbio exige su tributo,
el sueño flirtea con ella,
la toma en brazos y cuando duerme
la arroja violentamente hacia la nada.


La razón aparece con singular color
ahoga la tierra y arde el agua
organiza en tu honor el festín de sangre
mientras las bellezas imaginadas bailan
y tus ojos se cierran y el corazón ríe.