Carne roja viva palpitante,
el olor húmedo y refrescante de tu entraña,
el sabor dulce y eterno de tu entrepierna,
remolino salvaje que me traga.

suave, suave imán de piel
que obliga a mi acero a unirse a tu ser
magnanime fuerza que se se traga mi existencia
hasta reaccionar en una explosión de orgasmos.

alimento sacro que voy recogiendo tras tus pasos
gruesas y sublimes gotas de vida
caen de tu sexo directo a mi boca
para darme una razón de ser.

Gemidos intergalácticos nacen
de lo más profundo de ti...
espámos melodiosos, rítmicos
bailan al son de tus caderas sobre mi desnudo y desprotegido vientre.

millones de años luz
mi carne detro de tu carne
volando por el infinito universo
en el que nos perdimos al besarnos.