Esta es una confesión que debo hacer.
Luego de que la lean yo ya no estaré, pero por su parte, espero que hagan justicia.
Se que es difícil de creer, pero mis padres quieren matarme. Los oí anoche mientras planeaban mi muerte.
No se porque lo hacen. Quizás ya no me quieren, tal vez por que no supe demostrarles lo mucho que yo los quiero a ellos, pero se que pasé a ser un inconveniente en sus vidas.
Lo cierto es que mi madre entro anoche a mi habitación, dejándome una pastilla para que tome, que me llevara sin escala hasta la muerte, y la cual por ahora no pienso tomar.
Luego de meditar toda la mañana, me dirijo a la habitación de mis padres. Allí tomo el revolver de mi querido papá y con lagrimas en los ojos, producto de lo mucho que los amo, vacío el cargador en dirección a ellos.
Es demasiado, es demasiado para mi ver a las dos personas que mas amo desparramadas en su propia sangre, mas aun sabiendo que yo soy el único responsable. Y la muerte termina por ganarme, hasta hacerme pensar en tomar esa pastilla.
Acabo de despertar luego de tomar la pastilla, y creo sentir que estoy vivo, aunque ahora si desearía no estarlo y desearía que la pastilla me hubiese llevado con mis padres, porque ya comienzo a extrañarlos. Pero no se preocupen por mi, yo solo seguiré luchando porque la psicosis deje de reclamar lo que no le pertenece.
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