Esta semana La Columna del Miércoles es una recopilción de diversas fuentes, recopilación inspirada por una charla tenida con el amigo ergoszoft, quien confesó que incrédulo se había alejado del vino para "cuidar su salud". Craso error que rectificó gracias al consejo del médico. Para que otros cuenteros (as) no vayan a incurrir en la misma torpeza les comparto los siguientes conocimientos aportados por la ciencia:
"El vino es cosa admirablemente apropiada para el hombre, tanto en el estado de salud como en el de enfermedad, si se le administra oportunamente y con justa medida, según la constitución individual". (Hipócrates)
"No prosigáis en beber agua sola, sino usar un poco de vino por causa del estómago y enfermedades frecuentes". (San Pablo)
"El vino es la más sana e higiénica de las bebidas, gracias a su contenido en diversos elementos favorables para el organismo". (Louis Pasteur)
"La relación del vino con la salud ha sido conocida por siglos. Muchos médicos se han preocupado por saber los beneficios que tiene este fermentado para el organismo, pero ahora son también los catadores quienes llevan sus conocimientos vinícolas a los expertos en bienestar."
Estudios recientes han corroborado las propiedades curativas del vino y se ha llegado a las siguientes conclusiones:
El vino tiene propiedades nutricionales
Es considerado como un alimento completo pues es fuente de energía y está íntimamente ligado con la longevidad. Contiene vitaminas A, C y algunas del complejo B como: biotina, colina, incositol, ciancobalamina, ácido fólico, ácido nicotínico, pridoxina y tiamina. También contiene hierro por lo que es recomendable ingerirlo en caso de anemia.
El vino es tonificante
Los taninos del vino son el origen de esta propiedad y se manifiesta tanto a nivel físico como psíquico. El vino es un medio natural de recuperación y el vino tinto, particularmente, se recomienda en períodos de convalecencia.
El vino es equilibrante del sistema nervioso
Es un remedio terapéutico para la ansiedad y la tensión emocional. Expertos afirman que "el vino mantiene en un justo equilibrio la mente y los sentimientos". El vino es anti-depresivo. Se recomienda para controlar las anomalías alimenticias. Por ello, según expertos, al ingerir una o dos copas al día ayudan a nivelar el hambre.
El vino es diurético
Los vinos blancos ácidos y también los cavas son ricos en tartratos y en sulfatos de potasio que actúan sobre los riñones, asegurando así una mejor eliminación de toxinas.
El vino es mineralizante
El vino contiene una fuerte concentración de sales minerales como calcio, potasio, magnesio, silicio, zinc, flúor, cobre, manganeso, cromo, etc.
El vino es bactericida
Algunos investigadores canadienses descubrieron que el vino tinto podía atacar ciertos virus, entre ellos los de la poliomielitis y del herpes. Las propiedades antisépticas del vino se elevan cuando el vino es viejo.
El vino es antialérgico
Algunos estudios indican que el vino se opone a la formación de histaminas en exceso. Por otra parte, la riqueza de manganeso y de vitamina B hace del vino un antialérgico.
El vino contiene propiedad que favorecen al
sistema cardiovascular
Diversos estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud pusieron de manifiesto que el consumo moderado y habitual de vino estimula los índices de la enzima Ald. DH en el hígado. En el laboratorio del profesor Masquelier se ha demostrado que ciertos constituyentes del vino pueden prevenir el infarto de miocardio. Los constituyentes responsables de esta acción protectora son las procianidinas. Estas pueden controlar al menos tres factores:
Aceleran la depuración del colesterol.
Estabilizan las fibras de colágeno.
Inhibe la producción local de histamina sospechosa de desencadenar los procesos aterógenos
El vino protege del cáncer
El consumo moderado protege contra los efectos patológicos de los radicales libres que provocan varios tipos de cáncer.
El vino es digestivo
Es rico en vitamina B2 y permite eliminar las toxinas y la regeneración del hígado. Participan de una manera activa en el metabolismo de las proteínas y de los glúcidos. El vino estimula la segregación de los jugos gástricos. Es particularmente indicado con las carnes y pescados, pues facilita el proceso digestivo. También se reconoce que el consumo de vino tinto actúa sobre las fibras lisas de la musculatura intestinal y aumenta así las propiedades peristálticas, siendo un medio suplementario para evitar el riesgo de constipación.
A continuación, un artículo que ayuda a comprender mejor las cualidades del vino:
Por Cristina Salmerón
El Universal
La relación del vino con la salud ha sido conocida por siglos. Muchos médicos se han preocupado por saber los beneficios que tiene este fermentado para el organismo, pero ahora son también los catadores quienes llevan sus conocimientos vinícolas a los expertos en bienestar.
Rubén Villegas, especialista en vinos con 30 años de experiencia, ha sido juez internacional en el Concurso Mundial de Bruselas por seis años, y ahora tiene como actividad alterna impartir conferencias sobre el vino y la salud.
"Este vínculo se ha dado desde hace muchos siglos. Los griegos y los romanos llevaban con ellos ánforas de vino, que además de beberse, era utilizado para rociar los manantiales desconocidos para purificar el agua antes de tomarla", explicó Villegas. Otro uso que le daban, mencionó, era como anticéptico, pues desinfectaba las heridas, "para ellos era una panacea".
El poder antiséptico que se le reconoce se debe más que al alcohol etílico y a los ácidos, a una antucianidina, la malvidina, que en las uvas se encuentra en forma de glucósido inactivo y polifenoles vitamínicos, añadió.
Aunque ese conocimiento ancestral aún tiene cierta vigencia, los estudios más recientes señalan otras propiedades, pero también alertan sobre el exceso en el consumo. "Para que el alcohol del vino no dañe, la dosis ingerida debe ser menor a la cantidad que nuestro organismo pueda metabolizar completamente. En promedio es un gramo (cuando mucho) por kilo de peso del consumidor cada 24 horas", comentó el catador.
Elixir y manjar
De acuerdo con Villegas, México es el último lugar en consumo de vino de mesa, en promedio, cada mexicano bebe un tercio de litro al año. Por tal motivo, apuntó, es necesario informarnos sobre todos los beneficios que nos puede dar, caso demostrado en la salud de la dieta mediterránea.
"Se podría utilizar cualquier vino, pero el que más beneficios aporta es el tinto", dijo el catador.
En los cursos que da, expone ante los médicos algunas de las bondades del vino sobre el sistema digestivo. "Tomado en dosis moderadas, estimula y acelera el trabajo de los órganos de este sistema, pero tomado en cantidades elevadas, lo retarda sensiblemente. Al tomarlo se incrementa el flujo de la saliva, estimulando la secreción de ptialina sobre el hígado, además de favorecer la secreción de la bilis".
Agregó que beneficia a los riñones por su riqueza en sales de potasio, que desempeñan una acción diurética. "También se le ha atribuido la eliminación del virus de la poliomielitis y el herpes", prosiguió.
Al poseer alcohol etílico el vino posee efectos psicoactivos; en dosis muy moderadas incrementa el apetito y provoca un cierto grado de desinhibición al ser ansiolítico, lo que explica que, en dosis bajas, sea hipnoinductor (favorezca al sueño) y tranquilizante.
Sin embargo, como otros psicoactivos, las dosis elevadas (superando los dos vasos) producen evidentes signos de intoxicación. Se convierte entonces en un depresor de la actividad cerebral, lo que puede ocasionar insomnio o, a la inversa, el dormir profundo del embriagado; las dosis elevadas también provocan una baja de la libido.
El abusar de esta bebida trae como consecuencia lesiones tisurales (especialmente en el sistema nervioso central y el hígado), y como otras bebidas alcohólicas, se convierte en un predisponente para la cirrosis. De los riesgos en dosis elevadas, el consumo moderado de vino favorece al sistema circulatorio (inhibe la formación de trombos) y, especialmente al corazón merced a la presencia de polifenoles como el resveratrol, disminuyendo el llamado colesterol malo (LDL) e incrementando el colesterol bueno (HDL).
En su charla sobre el vino y su relación con la salud, Rubén Villegas también da algunos datos sobre cómo hacer una buena elección. "Se les enseña la técnica de cata internacional que se aplica en el concurso mundial de Bruselas", tal y como él lo ha hecho durante los últimos seis años.
Curiosidades vinícolas
Rubén Villegas nos proporcionó algunos datos curiosos sobre el vino.
* De acuerdo con doctor Santiago Dexus Font, director de la Casa Provincial de Maternidad, el uso del vino no representa ningún riesgo para la mujer, algunas veces, las embarazadas tienen la aprensión de que puede ser perjudicial para el bebé, pero no. La naturaleza pone barreras para proteger al hijo, aún en el caso extraordinario de un exceso. Los efectos del alcoholismo crónico sí pueden ser fatales.
* Salvador Hil Bermet, urólogo, dijo que si bien, el vino no tiene una determinada acción protectora sobre el aparato urinario tampoco le perjudica en absoluto, en afecciones agudas como sucede con otros alimentos. Tomado con moderación puede incluirse en cualquier régimen dietético urológico y no interviene en la formación de los cálculos urinarios ni favorece el prostatismo.
* El actor Johnny Depp tiene el registro de haber pedido el vino más caro. Fue en el restaurante Miravalle de Londres y le costó 17 mil dólares.
*El vino más caro se vendió en una subasta de Nueva York. Se trató de un Romanee Conti y costó 28 mil dólares.
Y no me queda más que levantar mi copa para decirle, amigo lector: Por la salud, ¡salud! Y hasta la próxima.
En Cancún, costa mexicana del Caribe
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