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Inicio / Cuenteros Locales / constanz / Un hombre de papel en un barco de papel y su motita.

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El mar estaba hecho de tinta y la gente de papel vivía en pequeñas islas e islotes, hechos de cuadernos, sometida por un lápiz que se alimentaba de esa agua maldita e infinita que dejaba marcas en todos aquellos curiosos personajes al momento en el que intentaban saber, arrojándose al denso líquido, si podrían transformarse alguna vez en sus propios tiranos y rayar la plana que en ese momento les albergaba. De vez en cuando había que correr la página del cuaderno y mudarse, y mientras ello pasaba debían refugiarse en pelotas hechas de papel arrugado que flotaban alrededor del cuaderno para que la gran mano diera vuelta la hoja y, dependiendo de su ánimo, dejara caer más gente de papel que se saludaba de un islote a otro.

Un día una inteligente motita que aún no estaba manchada de tinta observó, con cierta desesperación, que a su vida solo le quedaban dos hojas y, poseído por el sentimiento suicida que suelen tener las motitas, no lo dijo a nadie hasta que cayó el pánico sobre la ciudad de papel cuando sintieron bajo sus pies el duro y frío cartón de la contratapa.

Ese día el completo caos reinó en el lugar, muchos se lanzaron a la tinta y volvieron manchando con sus piecesitos las orillas, desde entonces aparecieron las razas, la gente de papel y la gente entintada. La isla se dividió y, mientras se planeaba entintar a toda la población, la pequeña motita acudió al hombre de papel más largo de todo el cuaderno.

Tras largas discusiones y la confesión de la motita, asumiendo la culpa de no avisar antes, se fueron al extremo temido por todos: Los anillos.

Haciendo acopio de sus fuerzas arrancaron parte de la hoja y todo el terreno se estremeció, acabando con el problema de los entintados, puesto que, adivinando que era el fin, todos se lanzaron a las orillas del mar volviendo en su momento completamente azules.

La valiente motita y el hombre doblaron el trozo de papel que abarcaba la mitad de la ciudad durante horas hasta que estuvo listo ¡Habían logrado lo que todos temían! .La mañana siguiente, ante la mirada atónita de los personajes, una motita y el alargado hombre navegaban en un barco de papel sobre la tinta. La alegría movilizó a todo el mundo y motitas y demases abordaron su salvación, pudiendo ver esa tarde como se acababa el cuaderno y se arrastraba la hoja a medio cortar fuera de este, hundiéndose en las profundidades del mar.

Todos, tras un tiempo, estuvieron detenidos en ese lugar sin poder llegar a otra isla y la desesperación comenzó a surgir poco a poco en motas y hombres al ver que el barco era demasiado alto para poder remar ellos. Sin resignarse al destino de que perecieran allí a merced de los lápices, el hombre más largo, que en su momento les habías salvado, ideó un plan: Todos debían sujetarle y usarle de remo.

Entre lagrimitas hechas de papel picado accedieron todos los ciudadanos y le tomaron para remar hacia el cuaderno más cercano, tomó días, en los cuales la tinta ascendió por los poros del valiente quién, con una sonrisa hecha de tan solo una arruga, les tranquilizó.

Cuando el barco tocó tierra limpia: un cuaderno recién abierto, intentaron levantarle, pero era demasiado tarde... estaba tan mojado, inconsistente, pesado y blando que si le tiraban se rompería de un momento a otro.

Todos se despidieron con profunda tristeza de su amigo cuando bajaron del barco de papel, excepto la motita que le había ayudado, quien al ver que todos estaban a salvo y finalmente le soltaban, se lanzó a la tinta pegándose al héroe, alargando su vida.

Nuevamente sonrió el hombre hecho de papel a la temblorosa motita, quién le correspondió otra arruga.

Todos, mirándoles desde la orilla, pasaron días inmóviles hasta que, de un momento a otro, la motita acabó por teñirse y absorbió toda la tinta que pudo, hundiéndose con su amigo.

Desde entonces que recortan las orillas del cuaderno, sacando así pequeños trozos manchados de tinta con los que se dibujan sonrisas en los rostros para rememorar al mártir y a su fiel motita.

Texto agregado el 15-10-2007, y leído por 812 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
15-10-2007 Muy imaginativa tu idea. Quizas tu texto ganaría mucho si eliminas algunas peripecias de la trama y llegas más directo al final. Sólo una sugerencia para redondear un buen cuento. Saludos arqui
15-10-2007 Pagano, te leyó. pagano
 
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