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Vida y obra de una tortuga
Una tortuga iba saliendo de su casa a la fiesta de las hormigas que cada año hacían homenajeando a la pastelería lejana a unos 112 Km al sur de Vivencia la capital de Costumbre ciudad sin turistas ni embajadores los últimos visitantes se aburrieron de lo momentáneo y rutinario de las casas a pesar de la riqueza que posee.
La tortuga salió de su hogar cerrando la puerta con una gran cadena que su amiga luciérnaga cada día hacia un gran esfuerzo al ayudarla.
Caminaron volaron tres pasos y se devolvió tortuga en busca de algo luciérnaga maldecía calladamente acordándose de la característica que tienen las tortugas en este gran ámbito de la selva.
Tortuga cerro nuevamente con candado y cadena en pata partieron a la fiesta en un enorme palacio salpicado de azúcar para darle un toque de nieve logrando un invierno perfecto así no enterarse que el verano estaba en su cima, ya saben el trabajo es duro.
Se despidieron comentando las estupideces del león y las peleas que en común de las fiestas de animales.
La tortuga volvió a su casa, saco un cigarrillo que cada noche se fumaba para botar las sensaciones alteradas en la fiesta, el ahogo de tantos animales impregnados en su caparazón.
Las burlas y preguntas que le hacían la lucha por defenderse del las hienas, la defensa de su trabajo en la empresa que no era muy eficiente, ella lo sabia.
Sacándose la caparazón se sentía alivianada invadida de una maravillosa sensación perdía la mirada sentía sus patas, sabia que sentía que amaba la vida que no utilizaba su caparazón fortalecido que con el tiempo se fue haciendo más fuerte impenetrable y una cruel presencia llena de altivez disimulada activando su inaccesibilidad .
La selva y su entorno provoco en ella un grosor más en su caparazón luchando contra o favor por conveniencia sintiéndose culpable de cien razones reprimidas por ella, presentes a la vez en cada paso lento y defensivo, pero cuando no utilizaba ese método salía una critica de su lentitud viendo una y otra vez el error en que estaba fecundada.
Deshacerse de su caparazón todas las noches no era fácil, verse desnuda sin ella podía alterar los sentidos.
Cuando los zoólogos visitaban la selva veían a la tortuga asombrándose aun más de su caparazón sin darse cuenta que la carga que traía ello le hacia más lenta.
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Texto agregado el 15-10-2007, y leído por 416
visitantes. (12 votos)
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Lectores Opinan |
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23-10-2007 |
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BUENA ALEGORÌA QUE ME GUSTÒ MUCHO. sALUDOS. Jazzista |
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21-10-2007 |
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Bonita alegoría. Me gustó. sereira |
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20-10-2007 |
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Mi ex-novia me decía (Y me dice) tortuga...Me siento un poco identificado ajajajajajajaja!! Buen texto, felicidades! 5* xabier-gormaz |
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19-10-2007 |
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La casa a cuestas, pero las tortugas no lo saben.+++++ crazymouse |
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17-10-2007 |
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***** Estrellas son todas para ti te las has ganado te las envió DESDE_AQUI |
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15-10-2007 |
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(* ) (* ) (* ) (* ) (* ) miedosO |
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15-10-2007 |
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Esta tortuguita me gustó va acorde con su caparazon ella sabe muy bien por que le pesa.
Sus 5* lovecraft |
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15-10-2007 |
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Buena historia tiene mucho significado quien despierta mal por las mañanas lo sabe ****** annthonia |
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15-10-2007 |
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buena historia.***** tequendama |
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