SE ROMPIÓ LA LLUVIA

Se rompió la lluvia,
y la idea que tenía de ella.
Cayó sobre mí en forma de sentimientos.
Al aire que ahora respiro
le ha sucedido algo parecido,
entra en mí de forma diferente
haciéndome sentir valiente.

Ahora puedo seguir leyendo
el sendero que dejan tus frescas huellas
en las blancas páginas.
Anhelo leer la palabra siguiente
y la otra, y la de más allá.
Me conduces a la velocidad adecuada
con los ingredientes precisos:
Una pizca de vértigo,
una espiral de sensaciones,
un remolino de aspavientos…
Voy saboreando como condimentas cada frase,
cada párrafo, cada texto,
dejándome llevar hasta dónde tú quieres que llegue,
hasta ese punto y final
que es el principio de mis desconciertos.

Hoy, siguiendo el hilo de tu nombre en clave
he llegado a sentir la necesidad de escribir estas líneas
para agradecerte el haberme zarandeado con ese ímpetu,
con ese descaro, con ese desgarro…
Gracias mil por adentrarme sin darte cuenta
en el país de las letras.
Te estaré eternamente agradecido.
Seré para siempre
tu desconocido amigo.