Siempre me pregunto que sentido tiene vivir, si después de un rato corto de vida, envejecemos y nos quedamos solos.
Dejamos de sentir la primavera, nos volvemos roñosos, solitarios, y además invisibles para los ojos aún... jóvenes.
Tal vez si naciéramos de una planta pero ya viejos, sería todo distinto. Nacer viejos, morir sin la noción de vivir , y con toda la inocencia de un bebe.
Trabajar como chinos hasta los 40, y de ahí en adelante parrandear todo el rato, disfrutar de la vida a mil... hasta hacernos bebes. Solo así descansaríamos puros y en paz.
No con esos rollos de viejos, en donde se cuestiona todo lo vivido, y lo inalado.
Que lata que ser viejos sea un tema de des-criminación. No quiero llegar a vieja. No quiero tener ese horrible castigo llamado lástima, ó llegar a ese maldito destierro en un asilo para viejos, ó comer lo que no me gusta, porque el resto me hace mal, no poder gritar porque se me agota el tono de voz.
Hoy danzo a mi estilo, respiro lo que quiero, y soy libre como el viento. Pero se que en algún momento, mis manos femeninas.. serán una manos arrugadas, se que mi olor de vida, en algún momento se volverá rancio.
Por esto y todo lo demás, solo vivo y siento, dejo que lo malo se valla con el viento, y se transforme en enseñanza para vivir a mil mi vida, y así poder impregnarla solo de buenos olores, y lindos colores.
De seguro cuando tenga 60,... me mato.-
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