Al deslizar la vista sobre la esplendidez de los penumbrosos contornos de silenciosas montañas esculpidos por los últimos rayos del día, Me exalta su mensaje. Es como si las montañas me platicaran sin palabras o insinuaciones. Es como si su mensaje confortante no necesitase de explicación, descifración o interpretación. Su silencio revela y refuerza mi inexpresada y furtiva capacidad… De ver sin ojos, Oir sin oídos, Tocar sin manos, Y caminar sin pies… Sobre las praderas de nirvana. Al deslizar la vista sobre las frondosas montañas, lentamente comienzo a desvestir, desenredar y entender Los neuróticos juegos y mortificantes terrores que me flagelan… Para que cómo las montañas, Mi silencio grite sin palabras… —sin ninguna insinuación.
Texto agregado el 13-10-2007, y leído por 232 visitantes. (2 votos)