Este cuento esta basado en un hecho real,
pero trastocado, como para poder exibirlo de una manera diferente a una noticia comun.
Soy periodista pero también poeta,
soy mujer pero también un esqueleto.
Hoy es doce de octubre día de la raza.
Pero el feriado se corrió para el lunes,
por este motivo de querer fomentar el turismo local.
Cintia bermudez fue a visitar a una amiga,
en don torcuato, un barrio que linda con la autopista del norte del cono-urbano bonaerense;
una nota a destacar es que la señora amiga de cintia tiene ochenta y seis años siendo que ella solamente tiene treinta y seis.
Paso que cuando la Bermudez estaba anunciándose por el portero eléctrico, un joven drogado con paco
la atraco e intento asaltarla;
Se resistió y el muchacho sin pudor le propino un tiro en el rostro,
mas precisamente en la nariz,
pero con tanta suerte que la bala de calibre veintidós solamente dejo un moretón importante y un pequeño orificio de entra y salida;
ya que la bala sin potencia reboto en el tabique, volviendo a salir por el mismo agujero.
El ladrón, espantado por lo sucedido,
entro a la casa tomando como escudo humano a la dueña.
Cintia no pudo con su genio y herida como se encontraba cubrió la nota,
además de cumplir con el rol de mediadora en el conflicto.
El ladrón resulto ser un vecino del barrio,
un muchacho de diecinueve años,
casado y con un hijito de algunos meses de vida,
que dicen tiene la costumbre de drogarse fuertemente y de salir a la calle a robar a cualquiera que pase, pues no reconoce a nadie.
Cintia hablo con el, le pidió que reflexione de que por suerte aun no había pasado nada trágico,
que ella no haría la denuncia correspondiente...
Prometo para la próxima corrección,
acordarme el nombre del muchacho ladrón apodado hongo.