María caminaba enérgica y decidida en ese día sábado de noviembre, su vestimenta era la preferida de Roberto y casualmente también de Naslo, su medio hermano gitano, era la falda blanca, chalitas y una blusa de escote bastante generoso, que hacia justicia a sus turgentes pechos. Algo que tampoco Roberto había dejado pasar inadvertido era el relieve que se dibujaba en la falda a causa del breve colaless que solía vestir María. "Eres la más hermosa flor de primavera" le decía siempre Roberto cuando la veía lucir esa tenida. Como todos los sábados ella se había sentado a la orilla de la cama de su amado Roberto y le comunicaba con tiernas caricias que iba a salir a ver a su hermano, "el Gitano": Naslo Flores California. Una parte de ella quería seguir cerca de Roberto, no obstante, luego de compartir un delicioso té, salió con paso firme a la calle.
Roberto quien disfrutaba tanto de la ducha como del día sábado cantaba la canción que alcanzaba a escuchar y que provenía del mini componente que estaba en el dormitorio, a ratos callaba para escuchar los breves noticieros difundidos a nivel local. De pronto algo llamó su atención cuando la microfónica voz del locutor señaló:
"En la calle Mackenna se ha establecido una tribu gitana. Ahora esto no es ninguna novedad, lo que en verdad queremos informarles es que en esta oportunidad ellos invitan a la ciudadanía a apreciar una muestra de baile y una demostración de sus tradiciones".
Luego continuó sonando una canción de Arjona: "Señora...no le quite años a su vida, pongale vida a los años, es mejor...".
La carpa lucía hermosamente ataviada para tan especial ocasión: cojines por doquier, cortinajes de encajes muy llamativos esperaban la llegada de los habitantes de la ciudad con quienes ellos querían compartir para sacar ese prejuicio que señalaba que cada vez que ellos llegaban aun lugar era para robar y engañar. La música que sonaba no era de aquella que a menudo se difundía por radioemisoras. Las jóvenes gitanas se paseaban nerviosas ensayando sus cadenciosos movimiento de caderas y los varones preparaban una degustaciones de licor. Ese día sábado sería muy especial para todos.
Roberto había decidido aceptar la invitación radial de los gitanos y se encontraba próximo a la carpa mejor engalanada, en cierta forma era un desafío porque venían a su mente aquellos recuerdos de infancia y recomendaciones que decían: "Los gitanos se comen a los niños", su mente viajo a los tiempos de su infancia en la ciudad de su niñez. ¿Cuanto tiempo paso? no lo advirtió.
—Paisano... te invito a pasar —Fue la voz que lo saco de sus recuerdos. Roberto sintió muy acogedora la invitación de Salomé, una joven gitana que vestida a usanza tradicional, inmaculada y perfumada le cogía el brazo indicándole el camino para acercarse. Una vez adentro se sentó muy cómodamente en un hermoso cojín y se preparó a vivir lo que sería una jornada muy distinta de todas las que hubiera conocido nunca...
Mientras Roberto esperaba, comenzó a recordar los momentos más íntimos vividos junto a María, su forma de conocerse, sus manos, sus caricias, sus sensuales bailes Árabes. La vorágine de recuerdos se agolpaban en su mente con música incidental gitana que Roberto recordaría siempre. De pronto la música bajó de volumen y apareció un gitano delgado y de cabello algo largo quien de pie sobre una alfombra dispuesta a manera de escenario, dijo:
—Paisano, como tu sabes hemos invitado a toda la gente de la ciudad a que conozcan nuestra cultura, pero como te habrás dado cuenta, tú eres el único que ha concurrido a nuestro llamado, por ello estamos muy agradecidos, como una muestra de respeto y aprecio, te invitamos a almorzar a almorzar —Terminó señalando el gitano mientras que Salomé servía un licor delicioso a Roberto quien justo en ese momento sintió vibrar su celular en el bolsillo; el nombre de María apareció en el visor y luego un mensaje: "Estoy con Naslo...T amo". Roberto sonrió y se aprestaba a digitar la respuesta... cuando apareció a su lado el presentador del espectáculo le dijo...
—Como eres nuestro único asistente... te saludo de manera muy personal paisano...Mi nombre es Naslo Flores California, si te das cuenta también soy un poco Chileno.
Salomé, se acercó de nuevo a Roberto con ese exquisito licor, la mirada de ella daba un sabor muy especial a la bebida aunque él no se percataba por completo de ello. Las bailarinas salieron a escena los movimientos, la sensualidad, la música, María, todo era deliciosamente bello, pero se revolvía en su mente.
—Finalmente conocí a Naslo ...que mal momento __ Pensó Roberto, al tiempo que jugueteaba nerviosamente con su celular y observaba hasta el cansancio el mensaje de María:"Estoy con Naslo...T amo". Entonces se percató de la hermosa y verde mirada de Salomé quien se acercaba lentamente y con paso grácil entre los cojines para decirle:
—Porque me has caído simpático te veré la suerte paisano —y tomó su mano.-
FIN
|