Hoy he tenido un buen día . Me entrevisté con mi jefe, un buen saludo, le halagué su corbata, recuerdo el momento, nunca había estado tan sereno, tenía ganas de quitarme los zapatos y sentarme en el sofá y fumarme uno de sus costosos habanos. Lo mirsba firmemente, y le aseguraba con mis ojos lo confiable que soy. El conocimiento que tengo, la experiencia, la dedicación, era yo imprescidible. Si, si respondía.
Que buen día. Tendría la plata para la hipoteca, podría comer nuevamente carne, ya no más arroz y papa. Ya no tendría verguenza con mis acreedores. Todo está muy bien. Si, si respondió. Usted es un gran jefe. Yo siempre lo he sabido le respondía. Gracias. Gracias vida. Hoy hay que celebrar. Tomemos una aguardientico. Si Festejemos, si , el que no se alegre, es porque nunca ha pasado lo mismo que yo he pasado. Acabé dejar a mi jefe borracho. Estoy feliz. Ya tengo trabajo.