Penumbras sorprendidas por la luz,
los ojos incendiados el tiempo necesario.
Retroceso consecuente al movimiento pendular de la existencia,
errático desplome de invenciones inconclusas.
Tardía es la advertencia a los ecos que no se apagarán.
Reiterando.
Recordando.
Reafirmando.
Proclamando un inminente regreso:
cicatrices que no cierran,
heridas que alimentan el dolor.
Los sueños agolpados,
rutina pegajosa que se queda y no abandona,
piel que se calcina con la espera interminable,
respiros como única señal.
(aun existo)
Cansada de espejismos,
el alma reclama realidad.
Texto agregado el 12-10-2007, y leído por 427
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