Llego a casa este medio día, y me paro a pensar frente al microondas qué es lo que podía comer. Y no sé cómo, abandoné ese pensamiento en la cuneta y empecé a pensar en lo maravilloso que es el microondas y el gran invento que ha supuesto para la generación de los precocinados, y eso me llevó a pensar en el resto de los inventos tan estupendos que nos resuelven la vida..., y he concluido que los dos grandes inventos de la historia son el armario y las compresas, el primero porque puedes guardar desde el traje de comunión, que lo guardas no sé sabe muy bien para qué, los pantalones tan monos que te compraste hace 3 años y que guardas desesperadamente por si algún día te vuelven a entrar, que ahí entramos en otro gran invento no demostrado, los milagros, y también puedes meter al típico hombre en calzoncillos y calcetines de deporte que no ostenta el título de pareja oficial, y cómo no, todos los maricas que quieras, eso sí, esto último corremos el peligro de que salga fuera, aún corre el que metió a Boris dentro del ya nombrado invento...
Y luego, ¡las compresas!, que van desde la más primitiva, una compresa tipo colchoneta de playa, tamaño familiar, de 15 cm de espesor y que cubre desde el ombligo hasta la parte baja de la espalda. Luego encontramos estas mismas en versión moderna, que son las compresas de noche, que son exactamente iguales pero cambia la caja de fuera que es azul y en sus instrucciones no dice nada de montar en bici ni hacer parapente.
Lo fantástico de este invento es que según pasan las generaciones, las compresas avanzan con ellas, y pasada la época de hacer calceta, nos pasamos a la mujer con ansias de liberalización, y ahí nacen las compresas con alas, que son una especie de reclamo en plan: ya no sólo los hombres pueden volar, acaba de nacer “super-woman”. Luego encontramos a la ejecutiva-agresiva que lo que necesita es una compresa que no se arrugue, no se mueva, en definitiva, una compresa que venga grapada a las bragas. Evax hizo un intento pero de momento lo de las grapas es opción meramente personal.
Y luego, no fueron ni las mujeres ni las compresas las que dieron el último avance, sino las bragas, que pasaron de ser de algodón blanco tipo faja, a ser los estupendos tangas meramente representativos de que en su día hubo unas bragas ahí. Y como las compresas no se iban a quedar atrás, nacieron los nuevos salvaslip tanga, que son el último grito, porque con ellos puedes mover el culo cual nativa africana y además dan la oportunidad de escoger entre el amplio abanico de colores que ahora ha sacado Carefree. Lo que aún no entiendo es quien coño se va a poner las compresas tanga que te forman un perogrullo ahí montao existiendo los socorridos tampones, que como los relojes son water resisten.
Pero de momento, los avispados hacedores de compresas no han encontrado la maravilla que te quite el mal humor que precede a la muestra mensual de que ya eres mujer. Supongo, que todo esto será cuestión de que alguna mujer llegue algún día a la directiva de Ausonia, de momento, nosotras podemos mirarnos al espejo cinco días al mes y repetirnos que nos gusta ser mujer y que si lloras, también tiene su gracia....