Aún si puedo mirarme en el espejo,
aún si no tengo que ocultarme del sol,
o alimentarme de sangre,
sé que soy tu esclava.

Me ofreciste la superficie perfecta de tu piel
y después de verme reflejada
en tus pupilas de fino cristal cortado
la respiración se volvió lenta y entrecortada,
tú sólo cerraste los ojos en éxtasis y esperaste...


Por haberla bebido, esclava soy de tu sangre
elixir rojo ahora inalcanzable
que vive en la prisión de tus venas.


Eres impalpable espíritu que cuando suspira
no exhala aire, es mi alma lo que exhala
y cuando lloro con descortés cortesía
mi vida se desangra en cada lágrima.


Lienzo es mi alma donde pintas
el viento triste de tus mundos invisibles,
la sombra del infierno me maltrata
y yo resto con los dedos hasta que se me caen al suelo,
los minutos transcurren entre la ansiedad
y el alivio de oír tu voz.


Miembro de tu cofradía soy
hombre enigmático de eterna belleza
dueño absoluto de mis noches
y mis temores.


Guardas mis sentidos
en una bola roja de cristal
escondida entre las estrellas
un astrolabio me dio la respuesta.


Mi ser, profundo abismo donde ya es tiempo
de que tu corazón palpite en la inquietud,
no el mío,
porque tú lo tienes desecho entre las manos,
con él vas marcando iniciales en el cielo
mientras me susurras dulces palabras al oído.


No soy vida eterna,
tú tal vez,
que iluminas la fría oscuridad de mi alma.


Aunque no te toco ni te veo,
siento que estas aquí,
el color de tus flores muertas
adorna el altar donde me abrasa
la infinita agonía en la que el deseo
quiebra en dos mi razón
así condenada a no encontrar
la verdad de todo esto.


Rosa negras, púrpuras, embebidas de sangre
te protegen en el viaje
hacia el infinito placer de poseer
un alma que te idolatra
y que fue atrapada por arcanas experiencias
que quizá nunca serán reveladas a la conciencia.


Tú que reflejas el lado oscuro de mi ser
reflejo de mi voz, presencia de mi existencia
se que siempre estarás ahí, detrás del sol mortífero
que ilumina día a día nuestra miseria
y las heladas lápidas de los muertos.


Estar o no estar contigo es la medida de mi muerte,
no respiro otra cosa que tu vida,
escucha tus sueños y la luna se detendrá en mi boca
porque la tuya no tendrá mas luz para mi muerte.