Despertar, y sentirla,
Después de tanto tiempo,
Junto a mi, inalterable.
Sentir su roce en mis manos.
Su frescor de años,
Acompañándome.
Sentir que desde aquella
Tímida, primera vez,
Ella sigue acompañándome.
Desde ese inaugural beso
Que siguió al tardío abrazo
Sobre nuestro primer lecho.
Y luego los días, semanas,
Meses y años juntos,
Inseparables, aún en distancias,
Largas, interminables,
O breves, pero profundas,
Que el destino nos puso
Pero que no pudieron nunca
Separar de mis manos,
Borrar de mis labios
El suave dulce perfume
De tu piel.
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